Comprender las distintas culturas de datos

Creemos en la implantación de una Democracia de Datos. Se refiere a la cultura corporativa, un modelo abierto donde libertad rima con responsabilidad.

Para entender mejor la Data Democracy, es necesario compararla con otras culturas de datos. He aquí las principales culturas de datos:

Anarquía de datos

En este sistema, los profesionales operativos se sienten mal atendidos por sus departamentos de TI, y cada uno desarrolla su base clandestina (shadow IT), que sirve a sus intereses inmediatos al tiempo que les libera de toda regulación de control y conformidad con las normas. En 2019, esta cultura conlleva riesgos considerables: fugas de datos, contravención de las normas éticas, degradación de la calidad del servicio, refuerzo de los silos, etc.

Monarquía de datos

Este sistema se traduce en una asimetría muy fuerte en el acceso a los datos en función de la posición jerárquica. Los datos, en este caso, se controlan muy estrictamente; su nivel de consolidación se alinea cuidadosamente con la estructura organizativa, y su distribución es muy selectiva.

Esta cultura monárquica prevaleció durante mucho tiempo en los proyectos de Business Intelligence (BI): los datos recogidos en los almacenes de datos se controlaban cuidadosamente y luego se consolidaban en informes cuyo acceso estaba reservado a unas pocas personas selectas cercanas a los órganos de decisión. Este método promueve un enfoque "de arriba abajo" y fomenta de buen grado una estrategia defensiva, en la que las normas, restricciones y reglamentos aíslan los datos. Su principal ventaja teórica es el control casi infalible de los datos corporativos, pero eso se traduce en un acceso muy limitado a los datos, sólo reservado a determinados grupos privilegiados.

Aristocracia de los datos

Una Aristocracia de Datos se caracteriza por un grado de libertad más importante que en la Monarquía de Datos, pero que se reserva únicamente a un subconjunto muy selecto de la población, principalmente perfiles expertos como Ingenieros de Datos, Analistas de Datos, Científicos de Datos, etc. Este enfoque aristocrático suele ser el que hace aflorar los proyectos de gobernanza de datos más exitosos.

Tal cultura puede ser favorable a estrategias más ofensivas, así como a una heterogénea, combinando top-down y bottom-up. Sin embargo, priva a la mayoría de los empleados del acceso a los datos y, por tanto, a un cierto número de posibles innovaciones y valorizaciones.

Democracia de datos

El principal objetivo de la Democracia de Datos es que los datos de una empresa sean ampliamente accesibles para el mayor número de personas, si no para todos. En la práctica, cada empleado puede extraer valores de los datos a cualquier nivel. Esta libertad de acceso ofrece las máximas oportunidades de crear valor para la empresa; proporciona a cada empleado la capacidad, a su nivel, de utilizar todos los recursos accesibles y compatibles con sus necesidades para producir localmente y, mediante un efecto de goteo, beneficiará a toda la empresa.

Esta libertad sólo funciona si se aplican la normativa y las herramientas básicas, y cada empleado es responsable de cómo utiliza sus datos. Por lo tanto, es necesario distribuir la información necesaria y suficiente para que los empleados puedan hacer un uso adecuado de ella respetando la normativa.